jueves, 17 de marzo de 2011

Adolescentes y alcohol

Aunque a medida que se independiza, el adolescente con frecuencia parece escucharles poco a sus padres, necesita el apoyo, la participación y la orientación de ellos más que nunca. El joven adolescente puede experimentar cambios repentinos en el cuerpo, la vida emocional y las relaciones. La adolescencia muchas veces es un tiempo confuso y de mucha tensión, caracterizada por los cambios de humor y la inseguridad, a medida que el adolescente lucha por determinar quién es y cuál es su papel. No es de sorprenderse que en esta edad, muchos jóvenes prueben el alcohol, el tabaco y las drogas por primera vez.

Los padres pueden no darse cuenta que su hijo adolescente se siente rodeado por el uso de alcohol y drogas. Casi nueve de cada 10 adolescentes están de acuerdo en que "la marihuana parece estar en todas partes hoy en día". Es dos veces más probable que un adolescente use marihuana de lo que piensan sus padres, y se traba en los lugares que sus padres creen son lugares seguros, como la escuela, la casa y las casas de sus amigos.

Los padres determinan en gran parte las decisiones que toma el adolescente sobre el alcohol y las drogas. Aproveche lo importante que es la imagen social y las apariencias para el joven y adviértale de las consecuencias desagradables inmediatas del alcohol; por ejemplo, emborracharse puede hacerle vomitar, y eso no es la forma ideal de acabar una noche con los amigos. Al mismo tiempo, debe hablarle de los efectos del abuso del alcohol a largo plazo:

  • La falta de habilidades sociales y emocionales importantes que normalmente aprende durante la adolescencia.
  • Los accidentes de tráfico.
  • La intoxicación por alcohol que le puede ocasionar la muerte.
  • El alcoholismo.

Problemas Físicos:

El alcohol tomado en cantidades excesivas y durante períodos prolongados de tiempo, da lugar a la aparición de alteraciones de un gran número de órganos del cuerpo humano, que se manifiestan al cabo del tiempo.

El alcohol una vez ingerido, cuando llega al estómago e intestino, es rápidamente absorbido pasando a la sangre, a través de la cual llega al hígado, donde es destruido en parte.

Entre los problemas físicos que produce, se encuentran:

  • Irritación del estómago (gastritis, úlceras) e intestino (diarreas).
  • Hepatitis (inflamación de las células del hígado).
  • Pancreatitis (inflamación de las células del páncreas).
  • Cirrosis (destrucción de las células del hígado).
  • Anemia, deficiencia de vitaminas y minerales (hierro, zinc).
  • Tendencia a contraer enfermedades infecciosas.
  • Impotencia sexual, trastornos en la menstruación.
  • Calambres musculares, temblores en las extremidades.
  • Lesiones cerebrales que pueden conducir a estados de demencia.
  • Cardiomiopatía: efecto tóxico directo del alcohol sobre el miocardio.

El adolescente mayor muchas veces ha tomado ya la decisión de probar o evitar el alcohol. Para poder resistir la presión de otros muchachos de su edad, el adolescente necesita más que un mensaje general de que no debe tomar alcohol. Hay que advertirle de los efectos potencialmente mortales de la combinación del alcohol y las drogas, del consumo de alcohol y la conducción y del alcohol y el comportamiento sexual peligroso. El adolescente tiende a ser idealista y le gusta saber cómo puede mejorar el mundo. Asegúrese de que el adolescente entienda el efecto que el abuso de alcohol tiene en nuestra sociedad. Apele a sus sentimientos señalándole cómo se mejoraría el pueblo si los menores de edad evitaran las bebidas alcohólicas.

Es importante que los padres elogien y animen al adolescente por las cosas que hace bien y por las buenas decisiones que toma. Cuando está orgulloso de su hijo, dígaselo. El adolescente, al saber que los adultos en su vida están pendientes de él y lo aprecian, se siente muy motivado y esto refuerza su promesa de no usar las drogas. Además, puede impresionarle la importancia de ser buen ejemplo para sus hermanos menores.

ALCOHOL

La droga más consumida entre los escolares de 14 a 18 años es el alcohol: más de un tercio de los escolares beben habitualmente. Trabajar preventivamente el consumo de alcohol es prioritario: no debemos despistarnos con el estereotipo del "problema de la droga", que sobrevalora los problemas causados por las drogas ilegales e infravalora los de las drogas institucionalizadas. El mayor incremento en el número de bebedores habituales se produce entre los 14 y 15 años. Las pautas de conducta que regirán los consumos posteriores se establecen en la juventud. Por ello, debemos tratar de favorecer la abstinencia o pautas de consumo moderado, así como retrasar la edad de inicio en el consumo de alcohol, si no podemos impedir que se llegue a producir.

Entre los 17 y los 18 años se producen un aumento de los bebedores habituales y un descenso de los esporádicos, lo que indica que es en estas edades en las que tiene lugar un fenómeno detectado en los últimos sondeos: cada vez disminuye más el número de consumidores moderados y aumenta el número de jóvenes que o bien beben excesivamente o bien no beben en absoluto. Es necesario recordar a los alumnos que existe la posibilidad del consumo moderado.

Sobre el alcohol existen numerosos tópicos falsos que hay que ir desterrando por la educación:

  • El alcohol no es un alimento, sus calorías se queman inmediatamente; la energía del alcohol no se almacena.
  • El alcohol no calienta, sino que refrigera el interior del cuerpo aunque de sensación de calor en la superficie.
  • El alcohol no es un estimulante, ni aumenta los reflejos, simplemente desinhibe y da al sujeto una sensación falsa de tener más posibilidades; en realidad, es un depresor del sistema nervioso.
  • El alcohol no abre el apetito, produce secreciones de jugo gástrico y unas contracciones anormales de la pared del estómago que se parecen a la sensación de hambre, pero pueden terminar produciendo gastritis.
  • El alcohol no previene las enfermedades del corazón, sino que daña la musculatura cardíaca y no es dilatador coronario.
  • El alcohol no es un estimulante sexual, puede despertar el interés por el sexo (por la desinhibición), pero interfiere en la capacidad de sostener relaciones sexuales efectivas: frecuentemente le alcohólico termina siendo impotente.
  • El alcohol no hace de por sí más amables a las personas, puede volverlas más hostiles y agresivas: gran número de los asesinatos y de los suicidios son causados por el alcohol, casi dos tercios de los alcohólicos insultan y golpean a sus cónyuges.

El fin de semana es el momento preferido entre los adolescentes para consumir alcohol. Los lugares más habituales son bares, pubs y discotecas aunque con frecuencia tiene lugar en la calle. Se establece, pues, una asociación entre ocio y consumo de drogas. Tratar de fomentar actitudes y motivaciones diferentes ante el tiempo libre es, con seguridad, un objetivo prioritario de la prevención escolar. Las bebidas con mayor éxito entre los escolares son el vino (en forma de "calimocho", mezcla de coca-cola y vino) y la cerveza.

Un dato curioso: los licores de frutas y el pacharán se han situado al mismo nivel que los combinados. Por una parte esto nos muestra como la disponibilidad (tanto económica como social) es un factor determinante en los consumos de drogas de los adolescentes. Y por otra es indicativo del papel que desempeñan los llamados "chupitos" (pequeños vasos con mezclas de licores o de bebidas de alta graduación) en la captación de nuevos clientes entre los más jóvenes. Preventivamente, es conveniente alertar a los alumnos sobre las técnicas del marketing de la venta de alcohol. Mientras que un 43,5% declara haberse emborrachado alguna vez, tan solo un 9,2% tiene la percepción de beber mucho o bastante alcohol.

Debemos trabajar la idea que los adolescentes tienen del consumo de alcohol, la cual no difiere mucho de la del conjunto de la sociedad: se tiende a infravalorar los riesgos del uso de drogas legales frente a los de las ilegales.

jueves, 24 de febrero de 2011

Beber y volar.




El alcohol es causa fundamental en los accidentes de coche, y todavía tiene un papel importante en los accidentes de aviación general.
Existe una preocupación creciente sobre el uso de alcohol por tripulantes comerciales
Existe una preocupación creciente sobre el uso de alcohol por tripulantes comerciales
Sabemos de efectos beneficiosos del consumo moderado de alcohol sobre el organismo, sin embargo también conocemos los efectos negativos del consumo a destiempo o en cantidades excesivas: es el llamado consumo social. Éste es el que nos interesa desde el punto de vista de la seguridad. El alcohol es causa fundamental en los accidentes de coche, y todavía tiene un papel importante en los accidentes de aviación general.

Aunque en la historia de la aviación de transporte de pasajeros por grandes líneas aéreas no ha habido hasta el momento ningún accidente atribuido fundamentalmente al alcohol, existe una preocupación creciente sobre el uso de alcohol por tripulantes comerciales. Ejemplos de este renovado interés son el uso de alcoholímetros en Amsterdam, la nueva reglamentación JAR o el caso de los tripulantes de British Airways expedientados por el consumo de alcohol estando en una escala.

Como ya es sabido, a partir de julio de 1999, las autoridades holandesas comenzaron a realizar análisis de alcohol en el aire espirado (parecidos a los que se realizan en España para los conductores de vehículos) en el aeropuerto de Schiphol. Algunos tripulantes españoles se vieron sometidos a dicho análisis, estando en riesgo de retirada de licencia o incluso de reanudar el vuelo en caso de superar ciertos límites.

Datos procedentes del NTSB (National Transportation Safety Board), departamento en EE.UU. que se ocupa de la seguridad en el transporte aéreo, revelan que de aprox. 4000 accidentes de aviaciòn general y deportiva entre 1978 y 1987, el 6% de los pilotos tenían concentraciones de alcohol en sangre (la denominada alcoholemia) superiores a los límites establecidos por la reglamentación norteamericana. Además, si se miran los resultados del programa conjunto de detección de pilotos con problemas de alcohol al conducir vehículos (FAA y National Driver Register), la mayoría de los afectados vuelven a ser pilotos privados, no profesionales. En cambio los tripulantes de líneas aéreas de transporte en USA son los que mejor cumplen las normas referentes al consumo de alcohol.

En España, según datos del Boletín Epidemiológico de la Comunidad de Madrid para 1997, el 70% de los varones adultos y el 34.6% de las mujeres son bebedores habituales. España en 1994 era el 10º país consumidor del mundo, el 3º productor de vino y el 6º de cerveza. Con estos datos podemos intuir la importancia del consumo de alcohol en nuestra sociedad.


Implicaciones del consumo de alcohol en la seguridad de vuelo, según la nueva reglamentación JAR

Según la nueva normativa JAR-OPS 1085, un piloto no debe consumir alcohol durante el vuelo ni en las 8 horas previas al mismo y además no puede comenzar su actividad de vuelo con una tasa de alcoholemia (alcohol en sangre) mayor de 0,2 gr/l.

1. Intoxicación aguda (embriaguez)
Ningún piloto comandará una aeronave o será miembro de la tripulación bajo la influencia de cualquier droga que pueda alterar sus facultades de manera que afecte a la seguridad (JAR-OPS 1.085).

2. Intoxicación crónica (alcoholismo)
Estado caracterizado por un impulso irreprimible de tomar alcohol de forma continúa y periódica, bien para experimentar sus efectos psíquicos o a veces para evitar el malestar que produce su privación (abstinencia) con efectos perjudiciales para el individuo y la sociedad.

Un tripulante no debe tener historia o diagnóstico médico establecido de cualquier enfermedad o incapacidad pisiquiátrica, que pueda interferir con las atribuciones de su licencia, con especial atención, entre otras, al alcoholismo (JAR-FCL 3.2005). Esta situación es incompatible con el vuelo excepto en las situaciones reguladas en: JAR-FCL 3 Apéndice 10 Subparte B.

3. Uso social del alcohol
El consumo de dosis pequeñas o moderadas de alcohol puede dar lugar a alteraciones del juicio y de los tiempos de reacción además, disminuye la tolerancia a la hipoxia (el efecto es mayor en altitud).


El olor le delató y la memoria selló su destino. El piloto de origen californiano, George La Perle, levantó sospechas entre los empleados de seguridad del aeropuerto de Heathrow por el fuerte odor a alcohol que emanaba de su cuerpo a corta distancia. Cuando el mismo oficial de la aerolínea estadounidense Delta dudó sobre su inminente plan de vuelo, confundiendo Nueva York por Detroit, la policía tomó cartas en el asunto. Hace unos días, La Perle fue condenado a seis meses en prisión por intentar pilotar ebrio un avión con 241 pasajeros a bordo.

El oficial estadounidense alegó inicialmente que había tomado unas pocas cervezas la noche anterior, pero el análisis de alcoholemia arrojó un resultado más propio de una borrachera descomunal. La Perle, de 49 años, tenía un nivel de alcohol en sus venas cuatro veces y medio por encima del límite permitido a los pilotos. Ni siquiera estaba en condiciones aptas para conducir un vehículo hasta el aeropuerto londinense, de acuerdo con los baremos británicos de alcoholemia.
La memoria falló al borracho piloto. La Perle dijo a los de seguridad que se disponía a volar a Nueva York cuando el itinerario oficial del Boeing 767 de Delta Air Lines claramente marcaba la ciudad de Detroit. Eran las 8.30 de la mañana del pasado 1 de noviembre y el detenido estaba sobresaturado de alcohol. Durante el juicio, la fiscalía hizo hincapié en las «extremadamente peligrosas y potencialmente desastrosas consecuencias» que se hubieran desencadenado si nadie hubiera dado el alto al oficial estadounidense.
La Perle llevaba veinte años pilotando vuelos comerciales. Y, según se desveló a lo largo del proceso judicial, también tenía un largo historial de alcoholismo que se había agudizado recientemente. Las aerolíneas presumen de controlar estrictamente a sus empleados pero, en esta ocasión, fueron los encargados de seguridad del aeropuerto los primeros en intervenir. En otros incidentes de vuelos transatlánticos, empleados de cabinas y los propios pasajeros han impedido que pilotos ebrios tomaran el control de sus aeronaves.
La normativa prohíbe a pilotos y azafatas ingerir alcohol ocho horas antes de subir a bordo de un avión. En el Reino Unido, además, se recomienda a los oficiales de vuelo permanecer secos desde 24 horas antes de entrar en operación. Natural de California, La Perle fijó su residencia en Boston en los años noventa. En la última década ha mantenido un enconado litigio con sus vecinos, que se oponían a sus planes para construir una vivienda en barrio histórico de la ciudad. Esta vez chocó de lleno con la ley británica y, aunque en un principio negó que estuviera cometiendo una infracción del código de aviación, finalmente aceptó su culpabilidad al comparecer ante el juez. «Si usted hubiera pilotado el avión durante parte del trayecto, lo cual era una posibilidad real puesto que para eso le habían contratado, las consecuencias para los pasajeros hubieran sido catastróficas», señaló el magistrado. La Perle duerme ahora entre rejas y es muy probable que nunca más pueda pilotar un avión comercial.

El comandante y el copiloto del avión que en 2003 sufrió un accidente en Melilla dieron positivo tanto en la prueba de alcohol como en la de cocaína a la que fueron sometidos en el Hospital Comarcal de Melilla, según informaron fuentes próximas a la Delegación del Gobierno en la ciudad autónoma. Fuentes próximas a la investigación citadas por la Cadena SER apuntaron que los pilotos tenían 0,3 miligramos de alcohol por litro de sangre y una cantidad menor de cocaína.

La compañía aérea Air Nostrum, propietaria del servicio, no confirmó ni desmintió la noticia, aunque precisó que pondrá la información en manos de sus servicios jurídicos "para depurar responsabilidades". Por su parte, el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, y el delegado del Gobierno, Arturo Esteban, dijeron que tendrá que ser la justicia la que determine si los pilotos del avión accidentado "consumieron o no alcohol y cocaína" antes de iniciar el vuelo. El accidente del avión que salió de la pista de aterrizaje del aeropuerto melillense tuvo como resultado nueve heridos. Imbroda dijo que "el rumor corre por la ciudad y, de ser verdad, sería muy fuerte".

ANALISIS DE SANGRE El piloto, de nacionalidad holandesa y su segundo, canadiense, fueron objeto el mismo viernes de un análisis de sangre en compañía de agentes de la Guardia Civil. Los dos fueron interrogados por la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Melilla, que abrió de oficio las investigaciones del accidente.

El ayudante abandonó la ciudad norteafricana el sábado y el comandante dejó ayer el Hospital Comarcal, donde permanecía ingresado por un politraumatismo en la columna vertebral, tras solicitar el alta voluntaria. Estos profesionales de la aviación aérea pertenecen a una compañía holandesa, Denim Air, que tiene un contrato hasta el año 2006 con Air Nostrum para fletar sus aviones y pilotos.

PRUEBAS NEGATIVAS Un portavoz de Denim Air, con sede en Eindhoven (Holanda), dijo ayer desconocer los detalles de la investigación. "Sin embargo, las noticias que nos han llegado es que los resultados de las pruebas eran negativas". Air Nostrum resaltó que no puede comentar los detalles de la investigación al haberse declarado el secreto de sumario.

Precisamente, dos ruedas traseras de un avión de Air Nostrum que cubría el trayecto Madrid-Almería reventaron cuando el aparato aterrizaba el pasado viernes por la noche en el aeropuerto almeriense, sin que se produjeran daños personales. Este no es el primer incidente que se produce con un avión de esta compañía.

Un piloto de United Airlines ha sido imputado después de dar positivo en una prueba de alcoholemia cuando se disponía a despegar del aeropuerto londinense de Heathrow con destino a Chicago, en un avión en el que viajaban 124 pasajeros y once tripulantes, según informaron las autoridades.


La Policía metropolitana irrumpió el pasado lunes en el Boeing 767 para detener al piloto, identificado como Erwin Vermont Washington, de 51 años de edad y nacido en la localidad estadounidense de Lakewood, en el estado de Colorado.

La salida de su vuelo era "inminente" y, tras realizarle las pruebas médicas oportunas, fue detenido. Las autoridades han presentado cargos contra Vermont, quien deberá comparecer ante la justicia el próximo día 20.

La aerolínea redistribuyó a los pasajeros en otros vuelos, aunque en su momento no les explicó el motivo. Un portavoz de United Airlines aclaró al diario británico The Guardian que la seguridad es la "máxima prioridad" de la compañía y que, por este motivo, el piloto arrestado ha sido suspendido temporalmente de empleo, al menos hasta que concluya la investigación". "La política en relación al alcohol de United Airlines es una de las más estrictas de la industria y no toleramos ninguna violación de estos códigos de conducta", agregó el portavoz.



Jovenes y botellon


En los últimos años se han producido cambios muy importantes en los hábitos y ritmos de vida deuna gran parte de los jóvenes españoles.
Los datos del último estudio elaborado por la Fundación Santa María son determinantes: 8 de cada10 jóvenes salen por la noche los fines de semana. De éstos, casi la mitad (el 44%) está fuera
prácticamente toda la noche (el 33% vuelve después de las cuatro y el 11% no vuelve hasta la mañana siguiente). Antes de las dos sólo vuelve el 22% y antes de la una, el 14%. Estos hábitos cada vez se extienden a edades más tempranas. El 41% de los jóvenes entre 15 y 17 años consume alcohol de modo habitual y el 77% entre los de 21 a 24 años.
El primer estudio sobre el botellón en Galicia ha dejado cifras significativas. El 40% de los alumnos de la ESO consumen alcohol mensualmente y otro porcentaje prácticamente igual reconoce haber abusado de este tipo de bebidas.
Hace tan sólo unos años, en el verano de 2002, las calles de importantes ciudades españolas como Zaragoza y Cáceres, aunque también se reprodujeron en multitud de pueblos y ciudades españolas, se llenaron de jóvenes para protestar por el horario de cierre de los bares de las “zonas de marcha”. El conflicto y la violencia callejera generada entonces se debió a que el horario de cierre de los bares se había fijado, por orden gubernativa, a las tres de la madrugada.
La permisividad y la relajación en el cumplimiento de la normativa establecida por parte de las
autoridades públicas, nos ha llevado a una difícil situación. El botellón hoy es la consecuencia de un problema social mal resuelto que se está convirtiendo en un problema de orden público. No es más que la expresión de la dificultad en la socialización de una parte de la juventud.
La realidad es que los padres no son capaces de educar adecuadamente a sus hijos y el ambiente
social no lo favorece (no saben o no se quieren enterar muchas veces de cómo hacerlo, siendo más fácil delegar la responsabilidad en otros).
Hay una falta de valores que hablen de disciplina, responsabilidad, esfuerzo, trabajo, estudio. Hay una permisividad total, que hace que muchos hijos ni obedezcan ni respeten a sus padres. Los profesores, a quienes les ha caído casi en exclusiva el problema de esa educación, no tienen medios ni cuentan con el apoyo social para ello.
Mientras tanto, el botellón progresa; cada semana, los viernes y sábados, miles de botelloneros se reúnen en las zonas de “movida” de cada población. Comienza a las doce de la noche y termina para muchos al amanecer. En nombre de la libertad y de la cultura algunas autoridades toleraron y fomentaron con su pasividad que el botellón se propagara. Ahora, están desbordados y, mientras tanto, cada semana los padres esperan asustados a que sus hijos lleguen a casa a las cinco o a las seis de la mañana, a veces borrachos o drogados.
En los últimos años se ha ido incrementando el número de jóvenes que optan por comprar
previamente la bebida en supermercados y concentrarse masivamente cerca de la “zona de marcha” para consumirla. Beber, para los jóvenes que lo practican, “hace olvidar los malos rollos”.
Según las estadísticas, unos 180.000 jóvenes se juntan los fines de semana en lugares
determinados de las ciudades españolas para, en torno a un botellón mezclado con licor y bebida con burbujas, bolsas de patatas y tabaco, beber hasta la euforia en el mejor de los casos, o hasta el coma etílico en el peor de los mismos. Además, son consecuencias del botellón también la suciedad postbotellón, la violencia y la contaminación acústica.
No quiero hablar más de lo que tanto se ha estado debatiendo estos días con respecto al problema del botellón, que ya ha sido bastante, pero me gustaría aportar mi propia visión. No es posible simplificar a la hora de buscar las causas, porque son muchos los factores que han contribuido a llegar a este punto, pero, desde luego, si ahora no se hace nada, si no se ataja con premura la raíz del problema, puede alcanzar consecuencias más graves en el futuro.
El pasado día 17 de marzo diversas ciudades de España congregaron a un gran número de jóvenes para realizar el botellón: Un total de 68 heridos leves y 54 detenidos es el resultado de los disturbios que se registraron en la madrugada del sábado en la Rambla del Raval de Barcelona y sus alrededores, como consecuencia del enfrentamiento entre participantes y la policía.
Es necesario tener claro que el mantenimiento del orden público no equivale a represión sino que es una necesidad ineludible de cualquier sociedad democrática. El miedo a los jóvenes violentos, la pérdida de autoridad de los padres, un sentido de liberalidad equivocado, la falta de valores morales…nos ha llevado a la vanguardia de los países europeos en agotar las noches en plena calle “de borrachera colectiva” hasta el amanecer.
Estamos inmersos en una sociedad permisiva en la que es frecuente observar la pasividad de los
adultos, e incluso de educadores, ante actitudes inmorales. Así, por ejemplo, cuando un joven quema una papelera pública se mira hacia el infinito…. El pudor a adoptar aires de “ciudadano trasnochado” o falsos complejos, hace que en multitud de ocasiones no se corrijan conductas contrarias a los principios democráticos de convivencia o pautas de comportamiento que son socialmente rechazables.
Hechos tan lamentables como los acaecidos hace unos días en Barcelona, no deben volver a
repetirse. Ciertamente, corresponde a los políticos resolver el conflicto de derechos que se plantea: hacer compatible el derecho de los vecinos al descanso con la diversión de los jóvenes, pero no es de su exclusiva responsabilidad. Siendo éste un problema social, todos estamos obligados a asumir la responsabilidad que nos corresponde: padres, educadores, gobiernos central y autonómico, y la propia sociedad deben comprometerse en esta tarea.

viernes, 18 de febrero de 2011

Los jóvenes y el alcohol


Con frecuencia leemos en la prensa noticias sobre adolescentes intoxicados por consumir alcohol, fiestas estudiantiles en las que se premia al joven que más copas sea capaz de beber, incidentes y disturbios provocados por las protestas de jóvenes ante el adelanto del horario de cierre de los bares o establecimientos que invitan a copas a los chavales que presenten sus boletines de notas con suspensos.


No cabe duda que la presencia casi constante de estas noticias en los medios de comunicación y la realidad constatable por cualquiera de nosotros una tarde-noche en las zonas de ambiente juvenil de nuestras ciudades, son elementos que crean una gran sensación de alarma social y desconciertan a padres y educadores.

El alcohol y los jóvenes están en boca de todos
"Los jóvenes beben. Beben mucho y de forma incontrolada. Cada vez son más jóvenes cuando empiecen a ir de bares. Se emborrachan todos los fines de semana y no parece importarles nada más".
Este tipo de afirmaciones se escuchan a menudo en las conversaciones entre adultos, rodeadas de un sentimiento de incomprensión hacia esa manifestación social de rebeldía. Pero, realmente, ¿qué está sucediendo con los jóvenes de nuestra Comunidad?

Los diversos estudios realizados en estos últimos años indican que, efectivamente, los jóvenes beben de un modo diferente al que los hacían sus padres, y que esta forma de beber preocupa por su falta de autocontrol. Por un lado, la edad de inicio en el hábito de beber socialmente ha ido bajando hasta
situarse en los 14-16 años . Este dato en sí mismo ya es preocupante porque en nuestro país esta prohibida la venta de alcohol a menores de 16 años.

Estos mismos estudios indican que la cantidad promedio de alcohol consumida semanalmente por nuestros jóvenes está cercana a los límites que se consideran peligrosos para la salud, siendo además que este consumo se centra casi exclusivamente en los fines de semana y se hace de una manera compulsiva, muy rápidamente. Ellos mismos, en sus reflexiones, muestran su desorientación ante la falta de regulación familiar y social que perciben, en la ausencia de referencias externas que les permitan establecer sus propios límites en su conducta personal.

Hay que tener muy en cuenta el contexto social actual en el que los jóvenes están viviendo

No es de extrañar esta situación en una sociedad como la de este fin de siglo, donde la satisfacción inmediata de todos nuestros deseos, la competitividad y el éxito económico son los valores en alza, convenientemente pregonados por la publicidad y los medios de comunicación.

Por otra parte, la industria de producción y venta de bebidas alcohólicas ven en esta desorientación de los jóvenes, una ocasión de oro para realizar una política comercial bastante agresiva que podemos comprobar en la profusión de publicidad en prensa y radio juvenil y en las estrategias comerciales de
venta.

Además de esto, nuestros jóvenes disfrutan en general de una capacidad económica bastante mayor que la que tenían sus padres a la misma edad, lo que hace posible un mayor consumo y movilidad, en muchas ocasiones en vehículos particulares, con el consiguiente riesgo de accidentes de tráfico. No en vano, uno de cada tres muertos en accidente de tráfico es menor de 25 años, y el consumo de alcohol es la primera causa de muerte por accidente en conductores de 18 a 30 años.


Y tú, ¿cómo lo ves?
Naturalmente que por tomar un par de cervezas el fin de semana no vas a tener un delirium tremens el lunes. Pero debes saber que existe un límite en cuanto a la cantidad de alcohol que se toma, a partir del cual pueden aparecer problemas a largo plazo. Y que ese límite es muy fácil sobrepasarlo del modo en que se bebe esos fines de semana de mogollón. Para que te hagas una idea, si bebes más de 280 gramos de alcohol a la semana, ya estás en situación de riesgo para padecer problemas físicos y dependencia; esta cantidad equivale a treinta cañas de cerveza, tres botellas de vino o una botella de licor (Vodka, Tequila o Whisky). Si eres mujer, debes de saber que tu estómago digiere peor el alcohol, por lo que estas cantidades deben reducirse a la mitad. Por lo que se refiere a la Intoxicación Etílica, que es uno de los mayores peligros de esta manera de beber rápida y " a muerte", puede aparecer a partir de 3 gramos/litro de alcohol en sangre, a lo que se puede llegar después de beberse rápidamente algo más de media botella de whisky con el estómago vacío.

Elige según tu propio criterio. La vida tiene muchas alternativas
Recuerda que las mezclas pueden ser explosivas, que la noche es larga y es preciso que te dosifiques y por supuesto si bebes no conduzcas y sobre todo piensa en como ocupar tu ocio y tiempo libre de una forma mucho mas sana y divertida que bebiendo y abusando del alcohol. Piensa mas en la naturaleza, organiza con tus amigos excursiones y salidas a la sierra, practica con mas asiduidad el deporte que te guste, aficiónate al arte y a la literatura si es que no lo eres suficientemente. La edad en la que te encuentras da mucho mas de sí. Piénsatelo, habla con tus amigos y amigas.


¡Apuesta por lo sano!

martes, 15 de febrero de 2011

El alcohol, ¿la droga más peligrosa?


Habitualmente, cuando hablamos de drogas tendemos a realizar una clasificación de las mismas en base a su legalidad (legales vs. ilegales) o en base a su "dureza" (duras vs. blandas), y tendemos erróneamente a asociar las drogas legales (como alcohol o tabaco) con las denominadas drogas "blandas". Y eso en el mejor de los casos ya que, frecuentemente, las drogas con mayor extensión en la sociedad (alcohol, tabaco, café, etc.) ni siquiera son consideradas en muchas ocasiones como tales. De hecho, es frecuente oír en los medios de comunicación expresiones como "el alcohol y las drogas" tratando esta sustancia de un modo diferenciado.

En nuestro país, las bebidas alcohólicas son consideradas como productos alimentarios y están ampliamente difundidas en la sociedad; su uso en determinadas celebraciones es poco menos que imprescindible, y hay una elevada permisividad social relacionada con su consumo.

Pero, ¿es el alcohol una droga peligrosa? Según la OMS , sí, y ha alertado de la magnitud de problemas de salud pública asociados al consumo de esta sustancia: el consumo abusivo de alcohol está claramente relacionado con el desarrollo de más de 60 enfermedades, así como violencia, maltrato infantil, marginación y conflictos con la familia y la escuela.

Otras drogas también están asociadas con diferentes enfermedades y problemáticas sociales, pero cuando hablamos del alcohol esto es especialmente preocupante dado que es, con diferencia, la droga más consumida en nuestro país, principalmente entre los adolescentes, así como la primera droga que se consume.

En el año 2002, el número de muertes en nuestro país relacionadas con el consumo de alcohol fue un 2,33% del total de fallecimientos, siendo el alcohol el tercer factor de riesgo como causa de morbilidad.
De entre los trastornos inducidos por el alcohol destacan:
  • Intoxicación
  • Abstinencia (el alcohol es la única droga cuyo síndrome de abstinencia puede llevar a la muerte)
  • Delirium por intoxicación o por abstinencia
  • Demencia
  • Trastorno amnésico persistente
  • Trastornos psicóticos
  • Trastornos del estado de ánimo
  • Trastornos de ansiedad
  • Disfunciones sexuales
  • Trastornos del sueño
Igualmente, el consumo de alcohol está relacionado con diversas enfermedades médicas:
  • Cirrosis hepática
  • Enfermedades cardíacas: ataques al corazón, cardiomiopatías, etc.
  • Síndrome alcohólico fetal
  • Arteroesclerosis
  • Úlceras sangrantes y perforantes
  • Cáncer de esófago
  • Cirrosis hepáticas
  • Etc.
Pero, además de las consecuencias directas del consumo de alcohol en nuestro organismo, éste se asocia también a diferentes conductas peligrosas como la conducción de vehículos, actividades sexuales de riesgo, consumo de otras drogas y ejercer violencia sobre los demás.


¿Creéis que el alcohol puede ser tan peligroso?, ¿consideráis que vuestro consumo puede ser problemático?, ¿porqué el alcohol no se considera como una droga?


En próximas entradas analizaremos qué entendemos por consumo de riesgo de alcohol y cómo evaluar nuestro consumo. También analizaremos la polémica surgida tras la presentación del anteproyecto de ley para la prevención del consumo de alcohol por menores (la conocida como "ley del alcohol")