jueves, 24 de febrero de 2011

Beber y volar.




El alcohol es causa fundamental en los accidentes de coche, y todavía tiene un papel importante en los accidentes de aviación general.
Existe una preocupación creciente sobre el uso de alcohol por tripulantes comerciales
Existe una preocupación creciente sobre el uso de alcohol por tripulantes comerciales
Sabemos de efectos beneficiosos del consumo moderado de alcohol sobre el organismo, sin embargo también conocemos los efectos negativos del consumo a destiempo o en cantidades excesivas: es el llamado consumo social. Éste es el que nos interesa desde el punto de vista de la seguridad. El alcohol es causa fundamental en los accidentes de coche, y todavía tiene un papel importante en los accidentes de aviación general.

Aunque en la historia de la aviación de transporte de pasajeros por grandes líneas aéreas no ha habido hasta el momento ningún accidente atribuido fundamentalmente al alcohol, existe una preocupación creciente sobre el uso de alcohol por tripulantes comerciales. Ejemplos de este renovado interés son el uso de alcoholímetros en Amsterdam, la nueva reglamentación JAR o el caso de los tripulantes de British Airways expedientados por el consumo de alcohol estando en una escala.

Como ya es sabido, a partir de julio de 1999, las autoridades holandesas comenzaron a realizar análisis de alcohol en el aire espirado (parecidos a los que se realizan en España para los conductores de vehículos) en el aeropuerto de Schiphol. Algunos tripulantes españoles se vieron sometidos a dicho análisis, estando en riesgo de retirada de licencia o incluso de reanudar el vuelo en caso de superar ciertos límites.

Datos procedentes del NTSB (National Transportation Safety Board), departamento en EE.UU. que se ocupa de la seguridad en el transporte aéreo, revelan que de aprox. 4000 accidentes de aviaciòn general y deportiva entre 1978 y 1987, el 6% de los pilotos tenían concentraciones de alcohol en sangre (la denominada alcoholemia) superiores a los límites establecidos por la reglamentación norteamericana. Además, si se miran los resultados del programa conjunto de detección de pilotos con problemas de alcohol al conducir vehículos (FAA y National Driver Register), la mayoría de los afectados vuelven a ser pilotos privados, no profesionales. En cambio los tripulantes de líneas aéreas de transporte en USA son los que mejor cumplen las normas referentes al consumo de alcohol.

En España, según datos del Boletín Epidemiológico de la Comunidad de Madrid para 1997, el 70% de los varones adultos y el 34.6% de las mujeres son bebedores habituales. España en 1994 era el 10º país consumidor del mundo, el 3º productor de vino y el 6º de cerveza. Con estos datos podemos intuir la importancia del consumo de alcohol en nuestra sociedad.


Implicaciones del consumo de alcohol en la seguridad de vuelo, según la nueva reglamentación JAR

Según la nueva normativa JAR-OPS 1085, un piloto no debe consumir alcohol durante el vuelo ni en las 8 horas previas al mismo y además no puede comenzar su actividad de vuelo con una tasa de alcoholemia (alcohol en sangre) mayor de 0,2 gr/l.

1. Intoxicación aguda (embriaguez)
Ningún piloto comandará una aeronave o será miembro de la tripulación bajo la influencia de cualquier droga que pueda alterar sus facultades de manera que afecte a la seguridad (JAR-OPS 1.085).

2. Intoxicación crónica (alcoholismo)
Estado caracterizado por un impulso irreprimible de tomar alcohol de forma continúa y periódica, bien para experimentar sus efectos psíquicos o a veces para evitar el malestar que produce su privación (abstinencia) con efectos perjudiciales para el individuo y la sociedad.

Un tripulante no debe tener historia o diagnóstico médico establecido de cualquier enfermedad o incapacidad pisiquiátrica, que pueda interferir con las atribuciones de su licencia, con especial atención, entre otras, al alcoholismo (JAR-FCL 3.2005). Esta situación es incompatible con el vuelo excepto en las situaciones reguladas en: JAR-FCL 3 Apéndice 10 Subparte B.

3. Uso social del alcohol
El consumo de dosis pequeñas o moderadas de alcohol puede dar lugar a alteraciones del juicio y de los tiempos de reacción además, disminuye la tolerancia a la hipoxia (el efecto es mayor en altitud).


El olor le delató y la memoria selló su destino. El piloto de origen californiano, George La Perle, levantó sospechas entre los empleados de seguridad del aeropuerto de Heathrow por el fuerte odor a alcohol que emanaba de su cuerpo a corta distancia. Cuando el mismo oficial de la aerolínea estadounidense Delta dudó sobre su inminente plan de vuelo, confundiendo Nueva York por Detroit, la policía tomó cartas en el asunto. Hace unos días, La Perle fue condenado a seis meses en prisión por intentar pilotar ebrio un avión con 241 pasajeros a bordo.

El oficial estadounidense alegó inicialmente que había tomado unas pocas cervezas la noche anterior, pero el análisis de alcoholemia arrojó un resultado más propio de una borrachera descomunal. La Perle, de 49 años, tenía un nivel de alcohol en sus venas cuatro veces y medio por encima del límite permitido a los pilotos. Ni siquiera estaba en condiciones aptas para conducir un vehículo hasta el aeropuerto londinense, de acuerdo con los baremos británicos de alcoholemia.
La memoria falló al borracho piloto. La Perle dijo a los de seguridad que se disponía a volar a Nueva York cuando el itinerario oficial del Boeing 767 de Delta Air Lines claramente marcaba la ciudad de Detroit. Eran las 8.30 de la mañana del pasado 1 de noviembre y el detenido estaba sobresaturado de alcohol. Durante el juicio, la fiscalía hizo hincapié en las «extremadamente peligrosas y potencialmente desastrosas consecuencias» que se hubieran desencadenado si nadie hubiera dado el alto al oficial estadounidense.
La Perle llevaba veinte años pilotando vuelos comerciales. Y, según se desveló a lo largo del proceso judicial, también tenía un largo historial de alcoholismo que se había agudizado recientemente. Las aerolíneas presumen de controlar estrictamente a sus empleados pero, en esta ocasión, fueron los encargados de seguridad del aeropuerto los primeros en intervenir. En otros incidentes de vuelos transatlánticos, empleados de cabinas y los propios pasajeros han impedido que pilotos ebrios tomaran el control de sus aeronaves.
La normativa prohíbe a pilotos y azafatas ingerir alcohol ocho horas antes de subir a bordo de un avión. En el Reino Unido, además, se recomienda a los oficiales de vuelo permanecer secos desde 24 horas antes de entrar en operación. Natural de California, La Perle fijó su residencia en Boston en los años noventa. En la última década ha mantenido un enconado litigio con sus vecinos, que se oponían a sus planes para construir una vivienda en barrio histórico de la ciudad. Esta vez chocó de lleno con la ley británica y, aunque en un principio negó que estuviera cometiendo una infracción del código de aviación, finalmente aceptó su culpabilidad al comparecer ante el juez. «Si usted hubiera pilotado el avión durante parte del trayecto, lo cual era una posibilidad real puesto que para eso le habían contratado, las consecuencias para los pasajeros hubieran sido catastróficas», señaló el magistrado. La Perle duerme ahora entre rejas y es muy probable que nunca más pueda pilotar un avión comercial.

El comandante y el copiloto del avión que en 2003 sufrió un accidente en Melilla dieron positivo tanto en la prueba de alcohol como en la de cocaína a la que fueron sometidos en el Hospital Comarcal de Melilla, según informaron fuentes próximas a la Delegación del Gobierno en la ciudad autónoma. Fuentes próximas a la investigación citadas por la Cadena SER apuntaron que los pilotos tenían 0,3 miligramos de alcohol por litro de sangre y una cantidad menor de cocaína.

La compañía aérea Air Nostrum, propietaria del servicio, no confirmó ni desmintió la noticia, aunque precisó que pondrá la información en manos de sus servicios jurídicos "para depurar responsabilidades". Por su parte, el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, y el delegado del Gobierno, Arturo Esteban, dijeron que tendrá que ser la justicia la que determine si los pilotos del avión accidentado "consumieron o no alcohol y cocaína" antes de iniciar el vuelo. El accidente del avión que salió de la pista de aterrizaje del aeropuerto melillense tuvo como resultado nueve heridos. Imbroda dijo que "el rumor corre por la ciudad y, de ser verdad, sería muy fuerte".

ANALISIS DE SANGRE El piloto, de nacionalidad holandesa y su segundo, canadiense, fueron objeto el mismo viernes de un análisis de sangre en compañía de agentes de la Guardia Civil. Los dos fueron interrogados por la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Melilla, que abrió de oficio las investigaciones del accidente.

El ayudante abandonó la ciudad norteafricana el sábado y el comandante dejó ayer el Hospital Comarcal, donde permanecía ingresado por un politraumatismo en la columna vertebral, tras solicitar el alta voluntaria. Estos profesionales de la aviación aérea pertenecen a una compañía holandesa, Denim Air, que tiene un contrato hasta el año 2006 con Air Nostrum para fletar sus aviones y pilotos.

PRUEBAS NEGATIVAS Un portavoz de Denim Air, con sede en Eindhoven (Holanda), dijo ayer desconocer los detalles de la investigación. "Sin embargo, las noticias que nos han llegado es que los resultados de las pruebas eran negativas". Air Nostrum resaltó que no puede comentar los detalles de la investigación al haberse declarado el secreto de sumario.

Precisamente, dos ruedas traseras de un avión de Air Nostrum que cubría el trayecto Madrid-Almería reventaron cuando el aparato aterrizaba el pasado viernes por la noche en el aeropuerto almeriense, sin que se produjeran daños personales. Este no es el primer incidente que se produce con un avión de esta compañía.

Un piloto de United Airlines ha sido imputado después de dar positivo en una prueba de alcoholemia cuando se disponía a despegar del aeropuerto londinense de Heathrow con destino a Chicago, en un avión en el que viajaban 124 pasajeros y once tripulantes, según informaron las autoridades.


La Policía metropolitana irrumpió el pasado lunes en el Boeing 767 para detener al piloto, identificado como Erwin Vermont Washington, de 51 años de edad y nacido en la localidad estadounidense de Lakewood, en el estado de Colorado.

La salida de su vuelo era "inminente" y, tras realizarle las pruebas médicas oportunas, fue detenido. Las autoridades han presentado cargos contra Vermont, quien deberá comparecer ante la justicia el próximo día 20.

La aerolínea redistribuyó a los pasajeros en otros vuelos, aunque en su momento no les explicó el motivo. Un portavoz de United Airlines aclaró al diario británico The Guardian que la seguridad es la "máxima prioridad" de la compañía y que, por este motivo, el piloto arrestado ha sido suspendido temporalmente de empleo, al menos hasta que concluya la investigación". "La política en relación al alcohol de United Airlines es una de las más estrictas de la industria y no toleramos ninguna violación de estos códigos de conducta", agregó el portavoz.



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