viernes, 18 de febrero de 2011

Los jóvenes y el alcohol


Con frecuencia leemos en la prensa noticias sobre adolescentes intoxicados por consumir alcohol, fiestas estudiantiles en las que se premia al joven que más copas sea capaz de beber, incidentes y disturbios provocados por las protestas de jóvenes ante el adelanto del horario de cierre de los bares o establecimientos que invitan a copas a los chavales que presenten sus boletines de notas con suspensos.


No cabe duda que la presencia casi constante de estas noticias en los medios de comunicación y la realidad constatable por cualquiera de nosotros una tarde-noche en las zonas de ambiente juvenil de nuestras ciudades, son elementos que crean una gran sensación de alarma social y desconciertan a padres y educadores.

El alcohol y los jóvenes están en boca de todos
"Los jóvenes beben. Beben mucho y de forma incontrolada. Cada vez son más jóvenes cuando empiecen a ir de bares. Se emborrachan todos los fines de semana y no parece importarles nada más".
Este tipo de afirmaciones se escuchan a menudo en las conversaciones entre adultos, rodeadas de un sentimiento de incomprensión hacia esa manifestación social de rebeldía. Pero, realmente, ¿qué está sucediendo con los jóvenes de nuestra Comunidad?

Los diversos estudios realizados en estos últimos años indican que, efectivamente, los jóvenes beben de un modo diferente al que los hacían sus padres, y que esta forma de beber preocupa por su falta de autocontrol. Por un lado, la edad de inicio en el hábito de beber socialmente ha ido bajando hasta
situarse en los 14-16 años . Este dato en sí mismo ya es preocupante porque en nuestro país esta prohibida la venta de alcohol a menores de 16 años.

Estos mismos estudios indican que la cantidad promedio de alcohol consumida semanalmente por nuestros jóvenes está cercana a los límites que se consideran peligrosos para la salud, siendo además que este consumo se centra casi exclusivamente en los fines de semana y se hace de una manera compulsiva, muy rápidamente. Ellos mismos, en sus reflexiones, muestran su desorientación ante la falta de regulación familiar y social que perciben, en la ausencia de referencias externas que les permitan establecer sus propios límites en su conducta personal.

Hay que tener muy en cuenta el contexto social actual en el que los jóvenes están viviendo

No es de extrañar esta situación en una sociedad como la de este fin de siglo, donde la satisfacción inmediata de todos nuestros deseos, la competitividad y el éxito económico son los valores en alza, convenientemente pregonados por la publicidad y los medios de comunicación.

Por otra parte, la industria de producción y venta de bebidas alcohólicas ven en esta desorientación de los jóvenes, una ocasión de oro para realizar una política comercial bastante agresiva que podemos comprobar en la profusión de publicidad en prensa y radio juvenil y en las estrategias comerciales de
venta.

Además de esto, nuestros jóvenes disfrutan en general de una capacidad económica bastante mayor que la que tenían sus padres a la misma edad, lo que hace posible un mayor consumo y movilidad, en muchas ocasiones en vehículos particulares, con el consiguiente riesgo de accidentes de tráfico. No en vano, uno de cada tres muertos en accidente de tráfico es menor de 25 años, y el consumo de alcohol es la primera causa de muerte por accidente en conductores de 18 a 30 años.


Y tú, ¿cómo lo ves?
Naturalmente que por tomar un par de cervezas el fin de semana no vas a tener un delirium tremens el lunes. Pero debes saber que existe un límite en cuanto a la cantidad de alcohol que se toma, a partir del cual pueden aparecer problemas a largo plazo. Y que ese límite es muy fácil sobrepasarlo del modo en que se bebe esos fines de semana de mogollón. Para que te hagas una idea, si bebes más de 280 gramos de alcohol a la semana, ya estás en situación de riesgo para padecer problemas físicos y dependencia; esta cantidad equivale a treinta cañas de cerveza, tres botellas de vino o una botella de licor (Vodka, Tequila o Whisky). Si eres mujer, debes de saber que tu estómago digiere peor el alcohol, por lo que estas cantidades deben reducirse a la mitad. Por lo que se refiere a la Intoxicación Etílica, que es uno de los mayores peligros de esta manera de beber rápida y " a muerte", puede aparecer a partir de 3 gramos/litro de alcohol en sangre, a lo que se puede llegar después de beberse rápidamente algo más de media botella de whisky con el estómago vacío.

Elige según tu propio criterio. La vida tiene muchas alternativas
Recuerda que las mezclas pueden ser explosivas, que la noche es larga y es preciso que te dosifiques y por supuesto si bebes no conduzcas y sobre todo piensa en como ocupar tu ocio y tiempo libre de una forma mucho mas sana y divertida que bebiendo y abusando del alcohol. Piensa mas en la naturaleza, organiza con tus amigos excursiones y salidas a la sierra, practica con mas asiduidad el deporte que te guste, aficiónate al arte y a la literatura si es que no lo eres suficientemente. La edad en la que te encuentras da mucho mas de sí. Piénsatelo, habla con tus amigos y amigas.


¡Apuesta por lo sano!

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